PRAGMATISMO: POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS

  Se llama pragmatismo al método filosófico que estima que el único criterio apropiado para juzgar la verdad o conveniencia de cualquier doctrina o teoría, se ha de fundar en la observación de sus efectos reales obtenidos en la práctica.

  En el siguiente pasaje vemos que Jesucristo nos insta a tener una actitud pragmática en cuanto al aspecto, fama y jarabe de pico (retórica), de aquellos que dicen servir a Dios. Si el árbol es bueno sus frutos son buenos. No se recogen uvas de los espinos ni higos de los abrojos. No juzguen a los humanos por la fama, el nombre, el aspecto o las palabras, sino por los frutos, eso es pragmatismo.

 

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol lleva buenos frutos, mas el árbol maleado lleva malos frutos. 18 No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos. 19 Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.” (Mt 7:15-20)

  Ha habido hermanos que me han impugnado la idea de que debemos ser pragmáticos, alegando que si bien es verdad que debemos ser pragmáticos frente a los lobos vestidos de ovejas, hay muchas cosas que hace un cristiano, a las cuales si se les aplicara esta filosofía se encontraría como árbol sin buenos frutos”, cuando en realidad son frutos para vida eterna. Y agregaban que ellos no creían que los cristianos debíamos ser pragmáticos en nuestra filosofía de vida. Añadiendo, pragmáticas son las gentes de mundo, y por eso se alejan de la religión, pues no le ven frutos.

  En realidad estos hermanos confunden lo que digo. No es cierto que el pragmatismo lleve a alguien a alejarse de la religión. Lo que lleva a esos pragmáticos (que no lo son tanto) a alejarse de la religión, es la meta o interés que ellos ponen delante de sí, y a la cual aplican el pragmatismo. Ellos quieren oro, fama, ego”, oropel, etc.. Si a tales metas o intereses ellos le aplican el pragmatismo, cierto que muy dificultosamente irán a parar a los bancos de una iglesia.

  Ellos han observado los frutos de los que se sientan a oír el sermón, y han notado que en nada se parece a lo que ellos anhelan. Por eso abandonaron ese camino, porque pragmáticamente considerado no los conduce a lo que ellos pretenden. A ellos no les interesa la paz interior; no les interesa la felicidad espiritual, sino la carnal; no les interesa la satisfacción de dar, sino la de recibir, etc.. Por eso se alejan de la fe, porque la fe no les da dinero, ni mujeres, ni le levanta el ego, les da fama, etc., en eso son realmente pragmáticos en relación a sus metas.

  Pero si fueran verdaderamente pragmáticos escogerían la fe, pues se darían cuenta que todo eso que ellos quieren obtener dura poco, solamente 70 u 80 años, y luego la eternidad sin gozo, sin Dios. Lo inteligente, lo pragmático desde el punto de vista amplio de la existencia, es la fe, la adoración del Dios omnipotente, bondadoso y perdonador, y la aceptación de Su Hijo Jesucristo, que nos salva de la condena a la que nos conducen nuestros pecados. Eso si es verdadero pragmatismo, un pragmatismo integral, un pragmatismo que toma en consideración todos los factores, no solamente los que están delante de la nariz.

  El error de estas personas mundanas no es aplicar el pragmatismo, el error de ellos es que no le ven importancia a la vida eterna, a la santidad, a la comunión con Dios, etc., y por eso su pragmatismo los aleja de la iglesia, porque lo aplican al dinero, al orgullo personal, al poder, al placer, etc.. Igualmente, si la meta de un pragmático fuera buscar mujeres fáciles, no era lógico que fuera a buscarlas a una iglesia, sino a un burdel. Eso sería lo pragmático. Pero eso no quiere decir que el pragmatismo conduce a los burdeles; depende de la meta perseguida por el que practica el pragmatismo.

  Es lo mismo que un cuchillo. En sí mismo el cuchillo no conduce al asesinato. Los carniceros y las amas de casa lo usan para cortar la carne y demás. El hecho de que un asesino lo utilice para matar, no significa que el cuchillo es malo, no significa que el cuchillo conduce al asesinato. Lo mismo ocurre con el pragmatismo, depende de como se use y a qué se le aplique.

  Si deseando alguien predicar el evangelio, asiste a fiestas, bailes, banquetes, reuniones sociales, cumpleaños, etc., y después de haberlo hecho observa que por ese medio no llega muy lejos en lo que pretende, procedería pragmáticamente si deja eso y se dedica a predicar, digamos, en una carpa. ¿Porqué? Porque de la experiencia (pragmatismo) sacó la conclusión de que por ahí no alcanza la meta que busca, que es el que la gente escuche el evangelio.

 Como vemos el pragmatismo ni aleja ni acerca a la fe, sólo nos enseña que según la experiencia debemos o no seguir un método o un camino. Ser pragmático no es malo. Lo único malo sería exagerar la tendencia al pragmatismo, pues si se exagerara, la persona se inhibiría en sus decisiones, porque no podría decidir por el sólo razonamientos, sino que necesitaría probarlo todo en la práctica. Una persona tan exagerada no aprobaría ni decidiría nada hasta que no lo viera en la práctica. Esa exageración sería mala; pero el pragmatismo no es malo, Jesucristo nos lo aconsejó en el pasaje que leímos anteriormente.

Volver la índice