“Almacén” de almas previo al nacimiento

Qué es el “almacén de almas”

      Hay cosas que en la Biblia no se dicen, pero las cuales uno puede deducir de la información que recibe en la Biblia. En esos casos, como que no se puede presentar una clara referencia al asunto en la Biblia, la prudencia nos aconseja presentar nuestra observación como una teoría, no como una doctrina bíblica. Ese es el caso del almacén de almas previo al nacimiento”, teoría que más abajo explico.

      Mi opinión es que Dios ya creó todas las almas humanas que van a existir, y que las tiene en algún lugar donde a pesar de que existen, ni sienten ni padecen, porque no tienen la carne, que es la que pone al alma humana, ente espiritual, en contacto con el mundo físico. Desde ese lugar que he supuesto, Dios envía, o sus ángeles llevan cada alma, al cuerpo donde deban vivir. Supongo que esto ocurra en algún momento entre la concepción y el primer o segundo año de edad, pudiendo este tiempo ser variable en cada caso. Tal vez ese sea el porqué unos recuerdan cosas de cuando tenían uno o dos años y otros antes o después.

      Debido a que no tienen sensaciones de ninguna clase, no pueden percatarse de que existen; y debido a que nunca las han tenido, tampoco pueden recordarlas y, por lo tanto, tampoco por ese medio (el recuerdo) pueden percatarse de que existen. Es como el feto en el vientre materno; en realidad más aislados que un feto, sin la más mínima sensación que les haga darse cuenta de que existen. Sin embargo, esas almas existen; Dios las conoce; sabe cómo son y cómo desarrollarán, y lo que van a hacer, etc.. A ese supuesto lugar es a lo que yo llamo almacén de almas creadas”. A esa existencia sin conocimiento, me parece que es a lo que se hace referencia en Ecl 4:10, y más aún en Ecl 6:10.

 

 2 Y alabé yo los finados que ya murieron, más que los vivientes que hasta ahora están vivos. 3 Y tuve por mejor que unos y otros, al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.”    (Ecl 4:2-3)

 

  El que es, ya su nombre ha sido nombrado; y se sabe que es hombre, y que no podrá contender con el que es más fuerte que él.”                                 (Ecl 6:10)

      En el primer pasaje nos dice que tuvo por mejor que a los que ahora están vivos, y que a los que estuvieron vivos, pero murieron, al que no ha sido aún. Es decir, al que aún no ha sido enviado a un cuerpo de carne.

      No puede estarse refiriendo a alguien que aún no ha sido creado, porque alguien que aún no existe no puede estar ni mejor ni peor que uno que sí existe. Por lo tanto, hay que pensar que se refiere a alguien que está en existencia, pero que no ha nacido aún. Es decir, un alma creada, que jamás ha tenido existencia consciente, como el feto en el vientre de su madre, un alma que vendrá a vivir entre nosotros por primera y única vez, y que luego partirá para donde Dios disponga, el Cielo o el Infierno.

      El segundo pasaje nos declara que el que es, ya su nombre ha sido nombrado. Es decir, que aquel que ya nació, se conocía de antemano, se sabía su nombre y sus cualidades. Esto, en cierta forma concuerda con lo que se puede razonar de las profecías hechas sobre Josías rey de Judá y sobre Ciro rey de Persia, las cuales ambas fueron hechas con siglos de anticipación al nacimiento del que se menciona en la profecía.

 

   1 Y he aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Beth-el; y estando Jeroboam al altar para quemar perfumes, 2 él clamó contra el altar por palabra de Jehová, y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo, llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los altos que queman sobre ti perfumes; y sobre ti quemarán huesos de hombres.”          (I R 13:1-2)

 

   44:28 Que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, en diciendo a Jerusalem: Serás edificada; y al Templo: Serás fundado. 45:1 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar gentes delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán.”                                                                                                                                        (Isa 44:28 al 45:1)

      Así que por lo que hemos visto en estos cuatro pasajes, da la sensación de que las almas fueron creadas todas de una sola vez, pero no fueron enviadas todas la mismo tiempo a vestirse de un cuerpo de carne, sino que son enviadas progresivamente según convenga a los planes divinos.

      Pero supongamos que esta teoría fuera errada, y analicemos las alternativas que entonces tendríamos que admitir.

      Si no admitiéramos la teoría de que Dios creó de una sola vez todas las almas de los humanos que van a nacer hasta el día del fin, tendríamos que admitir una de estas otras dos alternativas: a) o Dios no ha cesado en su tarea de creación desde que la comenzó hace alrededor de 6,000 años; o b) Dios sí cesó de crear, pero Dios le ha dado a la carne, que es física, la facultad de generar el alma, que es un ente espiritual, es decir que el alma se fábrica sola, automáticamente, a partir de los gametos masculino y femenino del humano, al igual que se fabrican por sí solos el esqueleto, los músculos, los nervios, etc., de un feto.

      Aceptar la alternativa “a” (que Dios no ha cesado en su tarea de creación), contradiría Gn 2:1-3, Heb 4:4 y 10, así como toda la Biblia, que nos indica que Dios hizo la creación en seis días descansando el séptimo; y que de ahí en adelante toda la materia funciona automáticamente, reproduciéndose, cambiando de forma, etc., según las leyes por Dios establecidas. las cuales la materia no puede dejar de cumplir. Es decir, que tendríamos que dejar esta sana enseñanza, y pensar que Dios, desde la creación, continuó creando almas, para ponerlas en los cuerpos de los miles y miles de bebés que día y noche nacen en el mundo. ¡Absurdo!

 

   1 Y fueron acabados los cielos y la Tierra, y todo su ornamento. 2 Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho.”                       (Gn 2:1-3)

 

 Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.”   (Heb 4:4)

 

  Porque el que ha entrado en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.”   (Heb 4:10)

      Admitir la teoría “b” (el alma se fábrica sola, automáticamente, a partir de la carne) nos conduciría a algo más ilógico aún, como es el pensar que algo espiritual como el alma, es producido por algo físico como es el cuerpo, y que esa cosa no-física que es el alma, se multiplica en las células sexuales del humano, para luego adquirir mayor tamaño gracias al alimento. Eso linda con la teoría ruselista de que el alma como algo no-físico, no existe y es, por consiguiente, completamente absurda.

      Concretando: o aceptamos que existe el “almacén de almas” o caemos en uno de dos absurdos.

      No creo que haya otra alternativa basados en la Biblia, pero si alguien la ve, que me lo escriba y me lo envíe en la forma clara en que yo lo hago, que mucho se lo voy a agradecer. Otro tanto puede hacer, si no ve otra alternativa, pero le nota falta de consistencia lógica interna o externa a la teoría del almacén de almas, que aquí explico, o si ve errores en la cadena del raciocinio hecha para llegar a tal conclusión.

      Pues bien, la existencia de un “almacén de almas” concuerda perfectamente con la predestinación circunstancial, la cual dice que Dios predestina las circunstancias en que debe vivir un ser humano su existencia terrenal, de acuerdo a los planes divinos, y otra muy diferente es la predestinación absoluta”, que afirma que Dios lo predestina a ser salvo o perdido. Dios no obliga a unos a ser salvos y a otros a ser perdidos, sino que, como que los conoce de antemano, como que ve cómo son en el almacén”, manda unas almas a nacer en una época, familia, raza o nación, y a otras en otra.

      Es parecido a la diferenciación que puede hacer un escultor al mirar los distintos materiales o los distintos mármoles que él tiene en su almacén, de los que piensa hacer estatuas. Él sabría cómo va a ser o a lucir dicha estatua, sólo con ver el material del cual piensa esculpirla, y por tener el apropiado conocimiento y experiencia para ello.

      El alma del faraón que no quería dejar salir a los hebreos de Egipto, la envió a nacer en el cuerpo que se estaba desarrollando en el vientre de la esposa del faraón anterior; de manera que esta alma malvada y obstinada vino al mundo en el lugar, tiempo y familia que convenía a los planes de Dios. En ese sentido Dios predestinó esa alma, pero no la predestinó a ser malvada y obstinada, la predestinó a estar allí.

      Otro tanto puede decirse de Judas. Si su alma hubiera sido enviada al mundo 100 años antes, ó 100 años después, no le hubiera sido posible traicionar a Jesús. Si esa alma hubiera sido enviada al mundo en la misma época que Jesús, pero en vez de haber sido enviada a Israel, hubiera sido enviada al vientre de una india americana, tampoco hubiera podido traicionar a Jesús. Hubiera traicionado al cacique de su tribu, o a su padre, pero no al Señor. Pero Dios lo predestinó circunstancialmente a venir en el tiempo, lugar y circunstancias en que él pudiera traicionar a Jesús; porque Dios sabía que era un traidor, no porque Dios lo predestinara a ser un traidor.

      Aún con todas las circunstancias mencionadas, cumpliéndose en favor de la posibilidad de traicionar al Señor, si Jesús no lo hubiera elegido como uno de sus apóstoles, no hubiera podido traicionarlo, no hubiera podido poner en efecto la tendencia a ser traidor. Tendencia esta que se había desarrollado en él, después de su nacimiento, sin que Dios lo hubiera creado así. Por lo tanto, Dios lo predestinó para traicionar a Jesucristo, no para ser traidor. Dios sabía que él desarrollaría esa mala tendencia y lo puso donde pudiera usarla con Cristo, pero no lo predestinó a ser traidor.

      No es lógico que Dios fabrique a uno malo, y luego se enoje contra él porque es malo, y lo castigue enviándolo al Infierno. No es ese el tipo de justicia que Dios nos enseña en toda la Biblia; y nosotros, para saber lo que es justo o injusto, nos tenemos que guiar, por lo que nos enseña Dios en la Biblia. No es la predestinación absoluta lo que enseña la Biblia. Creer en eso linda con la blasfemia.

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